lunes, 25 de enero de 2016

Los vampiros en la pantalla grande a través del tiempo


El cine, desde sus inicios, ha sido un mecanismo en el cual las personas han reflejado y han visto reflejadas historias, momentos y personajes que anteriormente sólo se permitían en los sueños. Y si vamos a hablar de sueños, también debemos hablar de las pesadillas. El cine es perfecto para potenciar esas narraciones que hacen que el espectador se adentre en un universo donde lo escalofriante y lo terrorífico es lo que mueve las emociones y, para esto, se han tomado elementos y personajes míticos tradicionales de algunas culturas como zombies, hombres lobos y, uno de los más populares, los vampiros.

A lo largo de la era cinematográfica, los vampiros han sido protagonistas de muchas historias y se han configurado sus historias de manera diferente. Muchas de estas historias se han basado en el libro Drácula de Bram Stoker (1897), por ejemplo, Nosferatu de Murnau (1922), Drácula de Tod Browning (1931), Drácula de Francis Ford Coppola (1992), Van Helsing de Stephen Sommers (2004) y la lista sigue.

Asimismo, hay algunos filmes que cuentan la historia desde otra perspectiva, por ejemplo, los vampiros millonarios cuasi-transparentes de la saga Crepúsculo (Catherine Hardwick) que se alimentan de sangre de animales, un vampiro Donjuan que aprende los talentos de sus víctimas en La sabiduría de los Cocodrilos de Po-Chih Leong (1998), un Conde Drácula parodiado en Drácula: muerto pero feliz de Mel Brooks (1995) y hasta un Drácula que es el mismísimo Judas Iscariote en Drácula 2000 de Patrick Lussier (2000).

Las similitudes y diferencias entre dichas películas pueden ser inmensas, teniendo en cuenta que se han realizado más de 400 filmes relacionados con el vampirismo. Debido a esto, para el presente trabajo sólo se tomarán como referencia para la comparación las películas Nosferatu de Murnau y Entrevista con el Vampiro de Jordan.

Ambos filmes cuentan una historia de vampiros, aunque no son vampiros similares y cabe anotar que en ninguna de las películas el vampiro se llama Drácula (en Nosferatu, el conde se llama Orlok, claro está que Nosferatu es una versión no autorizada del libro de Stoker). En ambas películas, los vampiros tienen comportamientos monstruosos que los distinguen de los mortales, aunque el tratamiento es disímil. Nosferatu emplea más la sugestión y el suspenso, la sangre no es protagonista, pero la imaginería religiosa tiene más peso que en Entrevista con el Vampiro, que deja sentado a través de su personaje Louis que los crucifijos son inofensivos para ellos y que hacen parte de la ficción creada por “un vulgar irlandés demente” (Stoker). También, en Entrevista no hay cabida para la sugestión -aunque si para el suspenso- y la sangre es una gran protagonista, se muestra de manera directa la manera en la que los vampiros se alimentan de sus víctimas, al contrario de Nosferatu donde sólo sabemos que Hutter ha sido mordido cuando se ven las heridas en su cuello.

La estética igualmente es muy diferente, pues los filmes de vampiros, como la mayoría de filmes, son una muestra de los gustos reinantes de la época en la que se realizan, sin importar en estos casos que ambos estén basados en libros y que, a su vez, estos libros recreen épocas aún más antiguas que aquellas en las que fueron escritos. Primero, Nosferatu es una muestra del expresionismo alemán, en donde se ven reflejados la amargura y la soledad, mientras que Entrevista es una muestra de la cultura estadounidense de la época, con una creciente subcultura gótica que referenciaba temas como el horror y la morbosidad, además del homosexualismo y lo andrógino (aunque los góticos toman como referencia principal a Bela Lugosi).

También, podemos ver en lo estético que en Nosferatu, el conde Orlok es representado como un ser repugnante, animalesco, viejo y recluido en un castillo, un personaje que es atractivo para la mujer sólo por sus poderes sobrenaturales; aquí se muestra al vampiro valiéndose de la metonimia maldad = fealdad. En cambio, los vampiros de Entrevista, Louis, Lestat y Armand son hombres notablemente atractivos, representados de una manera más humanizada, jóvenes, con una vida social activa y que atraen a las mujeres por su belleza. Incluso, hasta los colmillos son diferentes, Orlok tiene dos largos colmillos frontales, los vampiros de Entrevista tienen cuatro colmillos al lado de los dientes frontales. Es curioso que, si agregamos a la ecuación el filme Drácula de Coppola, basada en el mismo libro que Nosferatu, observamos que el vampiro es representado estéticamente de una forma más similar a Entrevista, en las partes en las que el conde se muestra como un hombre de cabello largo, atractivo y misterioso; claro está que se ven las similitudes con Nosferatu en la escenas en las que el conde es mostrado como un anciano decrépito y pálido.

Las relaciones personales también son susceptibles a la comparación. En Nosferatu vemos que el conde Orlok es un ser solitario que busca el amor perdido y por otro lado, se muestra la relación que existe entre Hutter y Ellen, quienes están comprometidos y piensan formar una familia normal. En Entrevista, Louis es un hombre desgraciado a causa de la muerte de su esposa y su hijo y que, después de su conversión al vampirismo a manos de Lestat, forma una nueva familia posmoderna con Lestat y, posteriormente, con Claudia. La relación de estos vampiros puede verse tanto como una familia conformada por padres homosexuales con una hija adoptada o como un triángulo amoroso muy disfuncional y asexual en el que tanto Lestat como Claudia quieren el amor de Louis, quien a su vez mantiene una relación con Lestat y ve a Claudia sólo como una niña.

Ambas películas también pueden ser observadas a la luz de los ejes míticos que propone Gubern:

o   El descanso eterno después de la muerte: el mito del vampiro se basa en que estos seres son muertos-vivos que no logran alcanzar el descanso que provee la verdadera muerte. En Nosferatu, se muestra que este vampiro puede morir si la luz del amanecer lo alcanza, evento que ocurre al final de la película, lo que le daría al vampiro la oportunidad de descansar de su terrorífica vida. Por otro lado, en Entrevista, se muestra que aunque los vampiros son inmortales y prácticamente no se les puede herir, hay formas de matarlos; Claudia muere junto a su nueva nodriza, quemadas por la luz del amanecer, lo que al parecer es la única forma efectiva, pues las otras maneras que se proponen en la película, como beber sangre de un muerto, desangrarse o quemarse (podría verse esto como un fuego purificador del alma), no sirvieron a la hora de intentar matar a Lestat. Louis y Lestat nunca alcanzaron el descanso eterno de la muerte después de la muerte.

o   La tiranía: en ambos filmes, los vampiros son representados como tiranos, en el sentido en que tanto el conde Orlok como Louis son terratenientes, aristócratas, muy adinerados y con un gran número de personas (campesinos o esclavos) a su servicio. En Nosferatu, el conde Orlok inspira mucho miedo en el campesinado, tanto por su apariencia monstruosa y misteriosa, como por su posición de dueño y señor de las tierras; no se observa una relación mínimamente cercana de estos con el conde. En Entrevista se muestra a un terrateniente (Louis) que, aunque esclavista, tenía relaciones con sus trabajadores un tanto más cercanas, incluso hasta llegar al afecto, pero desde que Louis conoce a Lestat y se convierte en vampiro, todo esto cambia y sus esclavos empiezan a temerle mucho a él y a su nuevo amigo. Pero este vampiro se reivindica otorgándoles la libertad a sus esclavos antes de intentar chuparles la sangre.

o   La pérdida de identidad: los dos largometrajes muestran la pérdida de identidad de sus protagonistas, pero en maneras muy distintas: en Nosferatu, el conde Orlok sufre la pérdida de su identidad y se convierte en un ser repulsivo, lo que quiere decir que se da una transformación del físico, aunque en la película no queda claro el motivo ni se muestra el momento de la transformación. Sin embargo, en Entrevista, se muestra este aspecto de manera más compleja: hay una transformación física menos evidente aunque esta vez sí es expuesta, pero se daría más el caso de la coexistencia de dos personalidades en un solo cuerpo, pues estos vampiros seguían haciendo parte de la clase alta, eran respetados y su vida social seguía siendo activa. Por otra parte, se muestra a un Louis preocupado por la deshumanización a la que ha sido sometido y se cuestiona su lugar en el mundo, pues nunca más verá a su familia ni será un humano, pero tampoco está de acuerdo totalmente con la forma de vida que Lestat le enseña, sangrienta y sin remordimientos. También esta búsqueda de identidad lleva a Louis a buscar las raíces de su nuevo yo en Europa.

o   La monstruosidad: como se mencionaba anteriormente, los vampiros de esta película son mostrados de maneras muy diferentes: en Entrevista vemos que los vampiros tienen más aspecto de humanos que de animales, exceptuando la piel supremamente blanca y los colmillos de murciélago, pero no son calificados como monstruos horripilantes (aunque sus actos si lo sean), no hay nadie persiguiéndolos para matarlos, no representan una amenaza visible para la sociedad porque su belleza no muestra signos de maldad. Es totalmente opuesto en Nosferatu, donde el conde Orlok sí es un monstruo, más parecido a un animal, al que hay que matar porque es horrendo y su fealdad es el mayor signo de su maldad.

En conclusión, ambas películas son hitos tanto en la historia del cine en general como en el cine de vampiros, pues ambas son una muestra de la cultura de su época combinada con el mito tradicional del vampiro y ambas logran ser escalofriantes a su manera particular. Ambas muestran características estilísticas y temáticas que las ubican entre las mejores películas de vampiros y también permiten ver cómo se presenta la evolución en el cine y en las corrientes culturales, sociales y epistemológicas a través del tiempo.


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